Industrias críticas, un concepto para luchar contra el despoblamiento

Desde hace diez años o más llevamos oyendo el concepto de infraestructuras críticas, que son aquellas cuyo malfuncionamiento impacta en el desarrollo del país. Según Seguritecnia

Las infraestructuras críticas son todos los sistemas físicos o virtuales, que ofrecen servicios esenciales para dar apoyo a los sistemas básicos a nivel social, económico, medioambiental y político. No obstante, la alteración o interrupción de su funcionamiento, puede provocar graves consecuencias para el desarrollo normal de las actividades básicas y diarias de la sociedad.

Hablamos de elementos como el transporte, los recursos e industrias relacionados con la energía, la salud, las industrias químicas, las nucleares, el agua, los sistemas financieros, la alimentación. Existen planes en marcha para hacer estas industrias resilientes, protegiéndolas de ataques tanto físicos como virtuales.

Sin embargo, hay otra serie de elementos productivos cuya falta se reveló crítica para atender las necesidades de un país, y que se han descuidado con políticas y actuaciones como la globalización y la deslocación de recursos. Se ha visto en la pandemia: no había equipos de protección para los sanitarios, no había mascarillas, por ejemplo, porque las capacidades productivas estaban fuera de nuestro país.

Antiguamente (y con esto quiero decir hace como 50 años), cada ciudad, cada pueblo, tenía un rasgo fabril o productivo que la distinguía. Todos recordamos que tal pueblo era un pueblo alfarero, tal otro producía muebles, tal otro producía vino. Había una cierta especialización que se ha ido perdiendo con la necesidad de disponer de mayores capacidades productivas, y con el traspaso de la capacidad productiva a países como Turquía (para sectores como el textil), China, India… No obstante, quedaba (o queda) cierto know how en algunas comarcas o poblaciones en España, y si no que se lo digan a Hervás (Cáceres), o Béjar (Salamanca).

Con la aparición de la pandemia, con el entorno cambiante que tenemos en Ucrania y otros países que afectan a nuestra economía, entendemos necesario volver a optar por la vuelta al antiguo modelo. A la especialización en lo local. Esto no sólo favorecerá la capacidad productiva y la adaptación en tiempos de crisis; también permitirá un apego al territorio, la lucha contra el despoblamiento.

Propongo la puesta en marcha de una lista de industrias críticas, que sea potenciada por las administraciones públicas, y que tenga en cuenta las necesidades actuales y futuras del país, haciendo un análisis de riesgo y simulando escenarios de crisis o de falta de capacidad productiva. Y que se vuelva a potenciar la industria local; el conocimiento y la especialización.

Hay algunas iniciativas al respecto. Necesitamos más.

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