Pregunta abierta a empresarios: ¿las subvenciones, ayudan? ¿Sirven? ¿Se utilizan? ¿Para qué se solicitan? ¿Son viables a largo plazo?
Empecemos por el principio. Las subvenciones a las empresas son finalistas, es decir, buscan un efecto claro en la economía o en la sociedad. Este, y no otro, es el principio que debería regir a la concepción y concesión de las subvenciones. Pero, desde el punto de vista de las empresas, las subvenciones son finalistas en otro sentido: persiguen, o deberían perseguir, la mejora de la gestión, la adquisición de bienes y/o servicios para el incremento de la competitividad, el crecimiento de los recursos humanos (en conocimiento y en tamaño) y la investigación y/o desarrollo de nuevos productos y/o servicios. Además, por encima de todo, las subvenciones deben tener un efecto duradero tanto en las empresa como en la economía y/o la sociedad.
En mi humilde punto de vista hay otro factor que debe considerarse en cuanto a la concepción de una subvención por una entidad pública, y es entender que las empresas se rigen por el principio de la rentabilidad. Es decir, optar a una subvención tiene que tener una rentabilidad para la empresa.
Resumiendo, los factores para la concepción de una subvención son:
- Deben tener un efecto a largo plazo en la economía y en la sociedad.
- Deben tener un efecto a largo plazo para las empresas.
- Deben ser rentables para las empresas.
Y lo que sucede es que en la mayoría de los casos, esto no es así. Pongamos algunos ejemplos. El Kit Digital para las empresas de menos de 3 empleados es de 2000 euros, y cubre una serie de servicios. ¿Tiene un efecto a largo plazo en la economía y en la sociedad? La experiencia nos dice que en las empresas esta inversión sirve para tener una página web, o una estrategia de redes sociales, o elementos de digitalización que luego deben ser gestionados por el empresario, o por, eventualmente, el otro empleado que tiene. Primer error. No es perdurable en el tiempo. Depende de los recursos propios de la empresa su gestión cuando se acabe la subvención.
Por otro lado, ¿es realmente rentable para las empresas? ¿Cuál es el ROI del Kit Digital? Prácticamente nulo, excepto para contadas ocasiones donde el producto/servicio pueda aprovecharse de una estrategia de digitalización para su comercialización o gestión, que solo durará en el tiempo en el que se ejecute el proyecto.
¿Quién se beneficia, por lo tanto, de esto? Claramente, las empresas que comercializan el Kit Digital, que pueden llegar a cobrar un tanto por la gestión de la subvención, y un tanto por las acciones a realizar. Y, en la mayoría de los casos, no se gestionan a precio de mercado.
Es, por lo tanto, una subvención casi inútil para las empresas; al menos no es útil a largo plazo.
Pero no es la única. En el mismo saco podemos incluir a aquellas subvenciones de contratación de personas, que persiguen muchas de ellas que se genere empleo fijo. Esa es la finalidad. Pero, ¿es rentable para las empresas esta contratación? ¿Qué previsión puede hacer una empresa de soportar una plantilla fila en un entorno tan volátil como el actual, a dos/tres años, o a un año? No es una inversión rentable y menos para las micropymes.
Así que, gestores y gestoras de las administraciones públicas, hagamos un ejercicio de revisión de las subvenciones con los parámetros clave. Y ajustémoslas a la realidad de las empresas, de los emprendedores, hoy en día. Conozco subvenciones concebidas con buena fe para la creación de nuevos productos y servicios que sólo son aprovechables por empresas de 3 o más empleados, cuando podrían ser aprovechables por emprendedores y empresas más pequeñas. ¿Por qué no se hace?

Emprendedora. Gestora de proyectos y programas públicos y privados, en España y otros países. Me interesan el arte (la pintura, la arquitectura, la escultura…), los churros y la coherencia.