El proceso de creación de un nombre de marca; claves para diferenciarse

La fase de creación de un nombre de marca o “naming” es una parte del desarrollo del proceso de “branding”; concepto que aglutina tanto la creación de la denominación, como de otros factores (desarrollo de una estrategia de marca, medición del índice de “queribilidad” en la mente del consumidor de un determinado producto o servicio…etc.)

Su proceso de construcción determinará en cierta medida los elementos derivados de su proceso de creación, tales como el color corporativo, la papelería, las diferentes piezas on-offline o la tipografía a utilizar, por mencionar algunos elementos dispares. Hasta el impacto visual y emocional que reciba el consumidor una vez sea desarrollado todo el proceso de “branding” mejorará notablemente si sabemos construir un nombre adecuado y exclusivo para nuestra futura marca.

La génesis de dicho proceso, no está fundamentada en la casualidad o la imaginación, como muchas personas creen, sino en la fusión de diferentes técnicas que determinarán la calidad del nombre, su durabilidad y su futura notoriedad.

Así, este proceso será clave para enamorar a la audiencia y jugará un papel determinante en el ciclo de vida de un producto o servicio.

Es importante tener en cuenta que el universo de los nombres y sus diferentes combinaciones es casi infinito, puesto que podemos adicionar términos idiomáticos o el uso de determinados prefijos y sufijos entre otros elementos.

En otros casos usaremos los arquetipos, puesto que suele ser una de las técnicas más recurrentes. De esta manera, el sentido de pertenencia, la seguridad o la libertad, se conjugan de manera abstracta a la hora de determinar el rumbo de un futuro nombre de marca.

Pero por su puesto, se hace necesario analizar de manera profunda y sosegada los valores estratégicos que la empresa desea transmitir, u otros factores imprescindibles en el paradigma digital como su exclusividad en el dominio web a nivel internacional.

Aunque el desarrollo del “naming de marca” puede parecer un proceso sencillo, no debemos olvidar que es una actividad profesional que debe de ser parte de la inversión de cualquier negocio, puesto que el ADN de nuestros productos o servicios (también en la pequeña y mediana empresa) será mucho más competitivo tanto en el mercado analógico como en el digital, reportando grandes beneficios en el medio y largo plazo.

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